18 de diciembre: Día Internacional del Migrante.

En el marco del Día Internacional del Migrante, compartimos este valiosa muestra del trabajo fotográfico periodístico de Fred Ramos y Victor Peña, fotoperiodistas del Periódico El Faro, de El Salvador, quienes dieron cobertura a las Caravanas Migrantes que marcaron la situación de vida de muchos salvadoreños y centroamericanos desde noviembre de 2018 hasta este año 2019.

Un padre corre despavorido con su hijo en brazos mientras los policías federales disuaden a la multitud de centroamericanos que intentaba ingresar al territorio mexicano tras forzar la apertura del segundo portón.

Según Naciones Unidas, a lo largo de la historia de la humanidad, la migración ha sido una expresión valiente de la determinación individual de superar la adversidad y buscar una vida mejor.

En la actualidad, la globalización, junto con los avances en las comunicaciones y el transporte, ha incrementado en gran medida el número de personas que tienen el deseo y la capacidad de mudarse a otros lugares.

Esta nueva era ha creado retos y oportunidades para sociedades en todo el mundo. También ha servido para subrayar el vínculo que hay entre migración y desarrollo, así como las oportunidades que ofrece para el codesarrollo, es decir, para la mejora concertada de las condiciones económicas y sociales tanto en el lugar de origen como en el de destino. 

En el marco del Día Internacional del Migrante, compartimos parte del trabajo fotográfico de Fred Ramos y Victor Peña, fotoperiodistas del Periódico El Faro, de El Salvador, quienes dieron cobertura a las Caravanas Migrantes que marcaron la situación de vida de muchos salvadoreños y centroamericanos desde noviembre de 2018 hasta este año 2019.

 

Según publica El Faro, unos 500 migrantes centroamericanos de la caravana instalada en Tijuana, Baja California, desde el 11 de noviembre, realizaron una marcha el domingo 25, la cual pretendía llegar a El Chaparral, un punto fronterizo formal entre México y Estados Unidos. Sobre el puente que llega hasta las oficinas migratorias, la Policía Federal les impidió el paso. Cientos de los convocados empezaron a internarse hacia la frontera de Estados Unidos por abajo del puente custodiado. La manifestación se convirtió en una desbandada hacia el norte. Ese fue el inicio de una larga y dolorosa historia para muchas personas centroamericanas. 

Para más información, puede visitar el sitio especial de Naciones Unidas. 

Esteban Orellana, de 15 años, observa a través del muro hacia el lado estadounidense. Orellana intentaba cruzar esa misma noche, pero la presencia de la Patrulla Fronteriza lo hizo cambiar de opinión. El cruce por la zona de playas, un sector vigilado habitualmente y sobrevigilado desde la llegada de las caravanas, es un despropósito, un síntoma de la desesperación de quienes llevan semanas varados en esta ciudad.
Esteban Orellana, de 15 años, observa a través del muro hacia el lado estadounidense. Orellana intentaba cruzar esa misma noche, pero la presencia de la Patrulla Fronteriza lo hizo cambiar de opinión. El cruce por la zona de playas, un sector vigilado habitualmente y sobrevigilado desde la llegada de las caravanas, es un despropósito, un síntoma de la desesperación de quienes llevan semanas varados en esta ciudad. Foto de Fred Ramos. 

Nicole Cruz y David García observan hacia el lado estadounidense del muro junto a su hijo de dos años, Mateo García. La familia García decidió huir de Honduras debido a amenazas de la pandilla Barrio 18.
Nicole Cruz y David García observan hacia el lado estadounidense del muro junto a su hijo de dos años, Mateo García. La familia García decidió huir de Honduras debido a amenazas de la pandilla Barrio 18. Foto de Fred Ramos. 

Viernes 19 de octubre. Un grupo de migrantes hondureños viajan al interior de un furgón de carga para unirse a la caravana migrante que se concentraba en la frontera de Tecún Umán, que colinda con Chiapas, México. Foto: Fred Ramos.
Viernes 19 de octubre. Un grupo de migrantes hondureños viajan al interior de un furgón de carga para unirse a la caravana migrante que se concentraba en la frontera de Tecún Umán, que colinda con Chiapas, México. Foto: Fred Ramos. 

Génesis Cardona, de seis años, juega con un hula hula en el albergue de Juchitán, Oaxaca, el 30 de octubre. Los pandilleros desplazaron forzosamente a toda su familia de la casa en donde vivían en la ciudad de La Ceiba, Honduras.
Génesis Cardona, de seis años, juega con un hula hula en el albergue de Juchitán, Oaxaca, el 30 de octubre. Los pandilleros desplazaron forzosamente a toda su familia de la casa en donde vivían en la ciudad de La Ceiba, Honduras. Foto de Fred Ramos. 

La mañana del viernes 2 de noviembre, la caravana de migrantes salvadoreños estaba plantada frente al puente Rodolfo Robles, que une a Guatemala con México. Ante la oferta de asilo por parte del Gobierno de México, retornaron para panificar su paso por el río Suchiate, como indocumentados.
La mañana del viernes 2 de noviembre, la caravana de migrantes salvadoreños estaba plantada frente al puente Rodolfo Robles, que une a Guatemala con México. Ante la oferta de asilo por parte del Gobierno de México, retornaron para panificar su paso por el río Suchiate, como indocumentados. Foto de Victor Peña.

Socorristas de la Cruz Roja Mexicana curan las ampollas a un migrante, en el municipio de Huixtla, estado de Chiapas, el lunes 5 de noviembre. Ese día la caravana recorrió 50 kilómetros en caminata durante 14 horas. El calor intenso y la lluvia también afectaron la salud de un buen número.
Socorristas de la Cruz Roja Mexicana curan las ampollas a un migrante, en el municipio de Huixtla, estado de Chiapas, el lunes 5 de noviembre. Ese día la caravana recorrió 50 kilómetros en caminata durante 14 horas. El calor intenso y la lluvia también afectaron la salud de un buen número. Foto de Víctor Peña.

Una muralla de agentes de la Patrulla Fronteriza custodiaba la zona y bloqueó el paso de la caravana a 30 metros del muro, sobre la costa de San Diego.
Una muralla de agentes de la Patrulla Fronteriza custodiaba la zona y bloqueó el paso de la caravana a 30 metros del muro, sobre la costa de San Diego. Foto de Víctor Peña.

Glenda del Cid tiene 21 años. Salió de San Miguel, en El Salvador, el 30 de octubre de 2018 para unirse a una de las múltiples caravanas de esos días. Escapaba de la falta de empleo. El 8 de noviembre su grupo hizo una escala de diez horas en la cancha de fútbol de la ciudad deportiva del municipio de Arriaga, en Chiapas, México, convertida por las autoridades en albergue provisional.
Glenda del Cid tiene 21 años. Salió de San Miguel, en El Salvador, el 30 de octubre de 2018 para unirse a una de las múltiples caravanas de esos días. Escapaba de la falta de empleo.
El 8 de noviembre su grupo hizo una escala de diez horas en la cancha de fútbol de la ciudad deportiva del municipio de Arriaga, en Chiapas, México, convertida por las autoridades en albergue provisional. Al día siguiente, a las 4 de la mañana, emprenderían camino de nuevo. Glenda, antes de dormir en el pedazo de grama del que se apropió esa noche, se pintó los labios. Foto de Víctor Peña.